martes, 1 de marzo de 2011

Y mientras tanto... moldes


 

Ya, ya sé que esto anda un poco parado... Estoy de baja maternal desde hace un mes (y pico). Así que, como los pañales me mantienen alejada del barro, he decidido sacar de mi archivo el tema de los moldes.



Los moldes que yo he realizado hasta la fecha son de escayola (material que hace que luego trabajar con barro parezca limpio).





Que me perdonen los expertos en el tema, ya que esto es un "paso a paso" quizá obvio para mucha gente. Sin embargo, creo que los que aún no se hayan animado a probar les puede resultar útil y quitar ese miedo al "¿...y si no lo sé hacer?".

Existen varias formas de realizar los moldes. Voy a explicar como se hacen los moldes compuestos para hacer piezas "por apretón":

1º. Claro está: tenemos que tener el original. Yo siempre lo hago de barro, pero podría ser de otro material. A estas piezas no hay que tenerlas mucho cariño, porque mueren en acto de servicio.


2º. Para que no se nos pegue la escayola a la pieza le daremos una capita de polvos de talco (eliminando el exceso con una brocha).



A las maderas que nos harán de recipiente (de forma que no se nos salga la escayola), las daremos jabón (por ejemplo, del de tipo marsella, calentándolo con un poquito de agua en el microondas y revolviendo hasta que sea un líquido espeso). Hay que aplicar una película fina y sin pompas. También lo utilizaremos, más adelante, en la escayola, para que no se nos peguen unas piezas a otras.


3º. Decidimos, en este caso, que lo mejor es hacer un molde de dos partes, una de la parte delantera y otra de la trasera. Para ello, lo preparamos de manera que solo quede visible la parte de la que queremos hacer la primera parte del molde. Esto se hace con barro.

Al tener la capa de talco, este barro no se nos va a pegar al original (que no está cocido), pudiendo después quitarlo fácilmente.

4º.  Con unas maderas y barro, preparamos un "recipiente" para contener la escayola, en el que metemos nuestra pieza. Hay que sellar muy bien las uniones a fin de no tener pérdidas. También es importante dejar suficiente margen para obtener un molde de grosor suficiente, que resista la presión del trabajo posterior.


Preparamos la escayola (siguiendo como orientación las proporciones dadas por el fabricante), hasta que tenga una consistencia como de nata líquida y seguidamente lo vertemos en nuestro "recipiente", pero sin echarlo encima de la pieza, y procurando que no se hagan pompas. Conviene dar unos golpecitos en la mesa para que suba el aire que se haya podido quedar en los recovecos (¡con cuidado!).






5º. Esperamos un poco a que tire la escayola...





... y desmoldamos (quitamos las maderas y el barro que cubría la parte que queríamos preservar).




  


6º. A continuación, hacemos unas "llaves", es decir, con un cutter, cuchillo o similar hacemos unas oquedades en varios puntos de la pieza recién obtenida del molde, de manera que nos sirvan de uniones con la otra parte.



7º. Para hacer la segunda pieza del molde se procede del mismo modo. Colocamos de nuevo las maderas bien selladas y aplicamos el jabón en la escayola, evitando así que se nos peguen las dos partes que compondrán el molde. Se echa la escayola, se espera a que fragüe y se desmolda.

Después hay que repasar aquellos sitios donde se nos pudiera quedar el barro atrapado, y matar los bordes exteriores.
 
8º. Completado el molde, conviene hacer una prueba, para comprobar que  se obtiene correctamente la pieza de barro que queríamos. Posteriormente, hay que darle al molde una buena capa de goma-laca, de manera que se evita en gran medida el desprendimiento de escayola.

¡Ojo con la escayola!, que no se queden cachos en las piezas que hagamos de barro, ya que estaríamos haciendo "caliches" que nos las reventarían en menor o mayor plazo de tiempo.

9º. Después ya todo consiste en usar el molde para crear las piezas por apretón:


Ponemos un trozo de barro en cada parte del molde, apretándolo bien para no dejar burbujas de aire dentro y que se marquen bien todos los contornos, procurando dar un espesor homogéneo. Aplicamos barbotina a las uniones y cerramos el molde, apretándolo bien. Esperamos a que el barro tire un poco y desmoldamos. Después, repasamos bien todas las uniones, subsanamos posibles defectos o marcas y le hacemos un agujerito para que salga el aire del interior (sino, ya sabéis... en el horno ¡PUMM!, explosión). En este caso, ese será el punto en el que insertaremos, después de cocido, el palo con la pinza.

10º. A mayores, personalizamos cada pieza.
Los moldes nos dan la posibilidad de hacer muchas piezas iguales... pero personalmente, los prefiero como base sobre la que hacer modificaciones, aunque sean pequeños detalles; de esta forma siguen siendo piezas únicas con personalidad propia.


Espero haberme explicado con claridad, en cualquier caso, para cualquier comentario o consulta, ya sabéis dónde encontrarme...


10 comentarios:

  1. Gracias por tus aportaciones y buen disfrute de la maternidad !!
    Un abrazo

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  2. Hola Montserrat:
    es un placer tenerte por aquí.
    Intentaremos seguir haciendo cosillas, aunque sea a menor ritmo... En cualquier caso, seguiré disfrutando de la cerámica a través de las obras de otros, por ejemplo, las tuyas (que dicho sea de paso, me encantan).
    Un abrazo

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  3. Gracias Natalia. Espero que sea útil.
    Un saludo

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  4. Primero, enhorabuena por el bebé!!!!!! y segundo muchas gracias por la explicación.
    Un besote.

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  5. Gracias a ti también Mar.
    Prometo una segunda parte de este tema.
    Otro beso para ti

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  6. ¿Que tal esa niña tan bonita? Espero que siga bien. Gracias por las explicaciones. No se como tienes tiempo para todo.Besos

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  7. Hola Patricia. Aquí seguimos, sobreviviendo al sueño... Como no me da tiempo a mancharme con el barro, pues hago estas cosillas de escribir en el blog, que es más limpio y me puedo poner y quitar.
    Un abrazote

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  8. Muy bueno Laura, como siempre contribuyendo, ni la maternidad frena tu inquietud.
    Me gusta mucho la intención de la figurita, muy buén pasanotas.

    Gracias compi, un besito para los cinco y un achuconcillo muuuuyyy delicado para María.

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  9. Gracias Amparo, siempre tan amable.
    Un beso

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